jueves, 25 de julio de 2013

LOS ASPECTOS MENOS CONOCIDOS DE LA LECHE DE VACA

“¡Bébete la leche!” es probablemente una de las frases que más suena en nuestra niñez. Desde pequeños nos han repetido una y mil veces las propiedades nutritivas de la leche de vaca, pero pocas veces nos mencionaron sus aspectos negativos. Por eso, en este artículo nos hemos propuesto desvelar los aspectos menos conocidos y más perjudiciales de esta bebida.


CADA OVEJA CON SU PAREJA
           La leche de vaca contiene grandes cantidades de grasa. Cabe recordar que la vaca produce su leche con la finalidad de engordar y hacer crecer a su ternero, un animal que nace con una media de 35kg y que a los dos años pesa más de 600kg. La composición química de la leche de vaca resulta perfecta para nutrir al ternero y le ayuda a desarrollar su sistema digestivo e inmune. La leche humana es igual de perfecta para los bebes. Sin embargo, si le diéramos leche humana a un ternero, sufriría de mal nutrición y enfermaría en muy poco tiempo. Lo mismo ocurriría si tratásemos de alimentar a un bebé con leche de vaca.


LA INGESTA DE LECHE ASOCIADA A PROBLEMAS DIGESTIVOS
            Las vacas tienen un aparato digestivo muy diferente al de los humanos y por lo tanto tienen diferentes necesidades. Cuando consumimos leche, ingerimos los minerales que las vacas necesitan en su sistema. Estos minerales dificultan nuestra digestión e interfieren en la absorción de los nutrientes presentes en nuestras dietas.
            El azúcar en la leche (lactosa) es muy difícil de digerir ya que cuando una persona llega a la edad de dos años, los intestinos elaboran menos lactasa, la enzima necesaria para absorber y digerir la lactosa. Esto sucede cuando ya no es necesaria la ingestión de leche materna para el crecimiento. Si consumimos leche o productos lácteos animales, es muy probable que la lactosa se fermente en los intestinos causando problemas digestivos como hinchazón, pesadez, gases, etc...

LA INGESTA DE LECHE ASOCIADA A PROBLEMAS RESPIRATORIOS
            ¿Por qué cuando sufrimos un resfriado cada vez más médicos nos recomiendan no tomar leche?
            La caseína es una proteína presente en la leche de vaca que produce que los tejidos blandos se hinchen. No en vano, la caseína se utiliza para elaborar el tipo de pegamento usado para adherir las etiquetas en las botellas de cerveza. Estos tejidos blandos se encuentran comúnmente en la garganta, en las cavidades nasales y en los senos para-nasales. Cuando éstos están inflamados, se producen dificultades para respirar.
            El consumo de leche y los quesos también se asocia con el asma. Cuando los humanos consumen la proteína caseína producen histamina y después moco. Si los bronquios se llenan de esta sustancia aparecen problemas respiratorios.


CUIDADO CON LOS ANTIBIÓTICOS Y HORMONAS
            La leche de vaca (no ecológica) contiene cantidades anormales de antibióticos. Los granjeros se los inyectan a las vacas para evitar que cese la producción de leche por enfermedades en las ubres (problemas comunes en las manadas productoras de lácteos).
            La leche de vaca contiene cantidades excesivas de hormonas (aproximadamente 59 tipos diferentes: pituitarias, esteroides, adrenales, sexuales, etc.) El motivo es que el 80% de las vacas están embarazadas mientras son utilizadas para producir leche, lo que eleva naturalmente los niveles de estas hormonas. Hoy sabemos que unos niveles demasiado elevados, unidos a otros tóxicos, se consideran causa de la aparición de diversas enfermedades degenerativas.


EL CONSUMO DE LECHE Y LAS ENFERMEDADES OSEAS
            El calcio en la leche (principal motivo de ingesta de lácteos) se combina con otros minerales, formando una molécula que la mayoría de las veces resulta demasiado grande para ser absorbida por el intestino humano. En áreas del mundo donde no se consume leche, las enfermedades asociadas con la falta de calcio como la osteoporosis y la arterioesclerosis son casi inexistentes. De hecho, estudios recientes sugieren que la leche y el queso pueden ser los causantes de la osteoporosis, ya que las altas cantidades de proteínas en los lácteos provocan que el calcio se separe de los huesos.

            Afortunadamente, el consumo de leche de vaca sólo resulta completamente contraindicado en algunos casos (intolerancias, alergias, galactosemia etc.). Con todo, os invitamos a conocer las otras variedades de leche existentes, así como las bebidas vegetales que pueden actuar como sustitutivos de la leche tradicional.


1 comentario:

  1. Tras leer el texto, no puedo evitar hacer un comentario a modo de crítica constructiva.
    Evidentemente existe un conflicto de intereses cuando un supermercado de productos bio escribe un artículo como éste.
    Los riesgos: parcialidad y falta de argumentos contrastados; riesgos que, permitidme mencionar por el bien de la comunicación informada, se materializan en cada párrafo del artículo.
    Por cada uno de los beneficios generalizados de la leche de vaca, dais un motivo que nos hace desconfiar de su consumo. Poner en duda los paradigmas no es malo, de hecho es importante para que el conocimento progrese. Pero siempre que se haga de forma responsable, es decir, informada. Sin embargo, ninguno de los argumentos que dais acerca del consumo de la leche de vaca va acompañado de una correspondiente base científica. Comentáis por ejemplo que la grasa de la leche de vaca es superior a la de la leche humana porque su función es que un ternero engorde 500 Kg en dos años, pero olvidáis mencionar el volumen que dicho ternero ha de ingerir para que dicha previsión de engorde se cumpla. Sin duda, un valor que nada tiene que ver con la ingesta diaria de leche vacuna de una persona (como dato, sólo en el primer día de vida un ternero puede ingerir hasta 10 litros de leche. Fuente: Universidad de Córdoba. http://www.uco.es/servicios/nirs/fedna/capitulos/99CAP11.pdf).
    Del mismo modo, afirmaciones como la relativa a la osteoporosis, cuya lectura literal es "los lácteos provocan que el calcio se separe de los huesos" son, cuanto menos formalmente incorrectas, además de carecer de fundamento científico alguno.

    Que existen "variedades de leche" alternativas a la leche de vaca es un hecho. Que en en vuestro supermercado las comercializáis, y que en general no son especialmente baratas, lo es también.

    Por ello, para evitar la demagogia, y para fomentar que los consumidores tomemos decisiones formadas, y por tanto libres, acerca de los productos que adquirimos, un artículo como éste precisa de argumentos más contrastados acerca de las afirmaciones que vierte. Es decir, argumentos informados acerca de las cualidades y defectos tanto de la leche de vaca, como de las otras "variedades de leche", las llamadas bebidas vegetales, que conviene también conocer ya que un abuso de las mismas tampoco es enteramente saludable, contrariamente a lo que cabría esperar. De hecho, muchos cereales y legumbres contienen fitatos, especialmente elevados en la soja y el lino, que pueden inhibir la absorción de minerales en nuestro organismo y provocar estados de carencia nutricional (Universidad de la Laguna: ftp://tesis.bbtk.ull.es/ccppytec/cp15.pdf). Por supuesto, como también sucede con la leche de vaca, existen modalidades de preparación y procesamiento de dichos vegetales que permiten atenuar los efectos menos beneficiosos. Y en cualquier caso, como decía Aristóteles, en el equilibrio está la virtud, y precisaríamos ingestas muy elevadas de dichos "antinutrientes" para que los efectos negativos se materializasen.
    Mencionar por último que yo soy ávida consumidora de bebidas vegetales, por considerarlas muy equilibradas. Que las intento combinar con leche de origen animal siempre que las condiciones de producción de la misma me parecen adecuadas, tanto para mi salud, como para la de los animales que la producen. Y que en cualquier caso, no hay nada más saludable que el Km 0, por lo que no hay bebida vegetal más sana que la que hace uno mismo en su cocina, sencillamente cociendo, triturando y filtrando el arroz, la avena y la soja previamente cocidos. El resultado son bebidas vegetales caseras libres de conservantes, y que nos permiten además elaborar productos derivados como galletas de avena, albóndigas de okara o un delicioso tofu casero. La contrapartida, duran menos días en la nevera, por lo que cuando el consumo no es muy frecuente las bebidas vegetales envasadas que encontramos en el supermercado son una excelente alternativa.

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